Estoy seguro de que una estrategia basada en hackear, crackear y divulgar información secreta del Estado para exponer corruptos y generar más desconfianza a estas instituciones que carecen de legítima autoridad política es mucho más útil y mejor estrategia que esperar a que mediante los votos, las fiestas electorales, la política «pragmática» y el nuevo populismo «de derechas», estrategias de gente con preferencias temporales muy altas y sin «piel en el juego», sirvan para hacer un cambio social real y rebelarse ante lo impuesto, por lo general los mecanismos que ofrece el Estado para «autolimitarse» apenas son una ilusión de elección que le tiran a los ciudadanos como sobras de comida a un perro hambriento.

La verdadera lástima es que tal estrategia sea adoptada, aprovechada y explotada por la izquierda global la cual ha hecho más mella en todo este altercado geopolítico mientras los supuestos luchadores por la libertad (en especial los derechistas y reaccionarios que se jactan de tener bajas preferencias temporales) prefieran estrategias más reservadas dignas de pusilánimes (que ya mencioné) y que, al contrario, sirven más para perpetuar lo establecido que hacer un cambio en si.

Como actualmente existe una ignorancia generalizada sobre la noción de cómo se origina y obtiene el Estado su autoridad política se suelen hacer comparaciones absurdas sobre esta estrategia, algo como lo es publicar la información privada de los ciudadanos, cuando existe una falsa equivalencia entre un grupo de gente que vive pacíficamente a la cuál no sería ético publicar información sin su consentimiento y un grupo de personas que manejan un aparato institucional el cual nadie consintió para que gobierne, autoridad que solo se justifica mediante violencia en vista de que nadie realmente ha otorgado su consentimiento, violar la legalidad que ellos mismos han inventado para perpetuarse es rebelarse ante tal opresión, es justificable.

Este tipo de estrategia puede alinearse a lo que el Agorismo propone mediante el uso de la contra-economía, como lo señala Samuel Edward Konkin III:

Toda acción humana (no coercitiva) comprometida a desafiar al Estado constituye la Contra-Economía. [1]

La idea entonces es complementar la estrategia de hackeo y difusión de información sensible de estas estructuras de poder coercitivas (como el Estado) con las ideas libertarias de la ética de la no agresión, puede ser visto incluso como legítima defensa, en lugar de favorecer grupos geopolíticos que harían un mal uso para perpetuar alguno de los Estados en conflicto y donde al final prevalecería de todas maneras la institución del Estado como necesaria.

Es una pena que personas cualificadas en temas técnicos de encriptación y divulgación de información, como lo es Julian Assange y su grupo, no tuviesen una concepción libertaria de su estrategia y terminara en un bando cuestionable, el potencial que tiene de fondo la estrategia es aún más grande que la mera promoción de políticos de turno.

Notas:

  1. «All (non-coercive) human action committed in defiance of the State constitutes the Counter-Economy» Samuel Edward Konkin III, An Agorist Primer pág. 40.

Publicado originalmente aquí.

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